09 marzo 2014

最后到了香港 Finalmente en Hong Kong


Buenos días desde el tropical, y nublado Hong Kong. Retransmitiendo desde la isla, a 15 grados pero prácticamente en chanclas ya.



Vistas desde las ventanas de casa, nos hemos ido del hutong, pero HK tiene ese punto guarrete y desordenado que hay que reconocer que nos gusta.
No voy a mentir, las últimas semanas no han sido fáciles, Mudarse a HK no es como volver a España pero casi. Volamos muy excedidos de peso y aun asi enviamos algunas cajas por correos (China Post, puedo dar más detalles de esto sobre alguien si lo necesita, pero en resumen el precio se ve compensado por la pérdida de tiempo e incomodidad del envío). Los gatos volvieron a ser una película para hacer un documental, y como no, la casera salió más beneficiada que nosotros en el tema de los muebles. Y bueno las cosas andan patas arriba por aquí, pero podriamos decir que, prueba superada.
Hay una omnipresencia de Robin en este Blog, casi como si lo escribiera ella!
Otras consecuencias, una porque no decirlo pequeña sensacion de comfort al tirar la mascarilla en el aeropuerto, y la última mamarrachada que tenía pendiente, comer una patica de pollo de esas envasadas. Pica bastante y da un poco de repelús, pero no está mal!


Y como pequeño homenaje a Beijing:
Un año, un mes y una semana. Es el tiempo que Beijing me ha engullido en sus calles. Sin embargo tengo la sensación de que hace muchísimo más de aquel día que me subí al avión de Swiss. No es porque haya sido una experiencia desagradable ni muchísimo menos, pero supongo que es lo que pasa cuando un día te das cuenta de que venir aquí era lo que llevabas años buscando, pero que para eso tienes que dejar un trabajo estable, el curso de una carrera que llevabas varios años labrando, la comodidad de vivir en España y el miedo que siempre da jugarse las cosas a una carta.
Para mi cabeza hace años que despegué de Madrid, aquella mañana de viernes, rumbo primero a Zurich para luego meterme en la tanqueta que recorrería medio mundo para dejarme en Beijing a las 5 de la mañana del día siguiente. Era un día nublado, acababa de explotar el caso Bárcenas, y volaba con cierta presión por no perder la conexión en Suiza, pero con la cabeza muy ligera. Muchísimas caras nuevas, muchísimas experiencias, muchísimas sensaciones, muchísimos dolores de cabeza, muchísimos problemas, y muchísimas recompensas también. He conocido a gente maravillosa.

Este año ha supuesto varios cambios en mi forma de ver el mundo. Algunos muy contradictorios, por ejemplo, el planeta ahora me parece más pequeño y más grande al mismo tiempo. También ha sido un año de limpieza. De ropa, de malas costumbre y de elementos superfluos. Esa sensación de que si acumulas, como tengas que hacer una mudanza vas a llorar haciendo cajas. Ha sido un año de comida. De probar mil mierdas, y mil cosas deliciosas.

Por último, creo también que he tenido cierto enamoramiento con el chino, y una consequencia interesante sobre lo mucho que me apetece añadir a la lista de locuras aprender un poco de japonés. Aunque primero debería aprender cantonés, que digan lo que digan me suena un poco a Klingon, pero mucho más sexy que el mandarín.




Te voy a echar de menos polvorienta ciudad de emperadores. Has robado un pequeño trocito de mí. Nos vemos pronto!