Había prometido escribir antes pero no ha habido manera. Con el cambio de casa y todo el rollo creo que hoy es el primer día que tenemos alimento mínimo en casa para poder desayunar y comer, no tenemos nada urgente que haya que arreglar, y los viajes a ikea y a la ferretería han llegado a su fin.
Haré otra entrada con fotos, lo prometo. Pero pocas. Así el que quiera ver más, tendrá que visitarla :)
Este post debía llamarse la normalidad de las cosas extrañas, pero como cierto bajista nos envió un titulo similar de un artículo hablando de Pekín, lo he modificado un poco.
Es verdad que es un país extraño, al menos para nosotros, visto desde occidente, hay muchas cosas de China que crujen. Y perdón porque quiero tirarme el moco, hablo de Beijing, que es un microcosmos gigante en sí mismo. Hablar generalidades de China es arriesgado, es demasiado grande, es demasiado diferente y hay demasiada gente (gran excusa utilizada para casi todo lo que funciona mal por aquí por cierto).