16 febrero 2013

你好北京




Hay dos cosas que no me gustan de Beijing. La contaminación (algunos días) y que se pueda fumar en los bares. Y ya está.

A partir de aquí escribiré todo lo que me gusta. Que es mucho. Y escribiré sobre todo lo que asombra y me perturba. Que también es mucho. No escribiré de sobres, ni de Marianito, ni de Iñaki manoslargas, ... ni de nada que os ponga de mala gaita. A partir de ahora si quereis seguir los pequeños pasos de esta humilde servidora, tendreís un flujo regular de las aventuras y desventuras de la loca de los gatos en este blog.


Intentaré que no sean posts muy largos, para que PabloHoney no se aburra leyendo (aunque seguro que MariaHoney si que se los lee). También mantener un nivel mínimo de dobles sentidos picantones para Juanito el superdotado, y subir fotos de manera regular para que os vengais de visita (Eulalia te tengo en la agenda, Montseti y JesusRockandRoll faltais por confirmar :D). Especial agradecimiento a Senovilla, que me aguantó la última semana antes de venirme y que dobló ropa cual empleada del primark en rebajas. Y a mis padres+Sergio que fueron los que al final se comieron la mudanza y el trago de llevarme al aeropuerto hace quince días.



No nos pongamos sentimentales, a lo que íbamos.

20 millones de habitantes, que se dice pronto. Todo está más lejos de lo que parece, y me sigue pareciendo particularmente dificil orientarme en algunas zonas.
La presencia de occidentales no abunda, y aún encontramos gente a veces, sobre todo señoras mayores, que se quedan mirándote por la calle como si acabaras de llegar del espacio exterior, o fueras un ziborg. La comunicación en inglés tampoco es sencilla, así que las palabras clave en  mandarín de supervivencia (cerveza, comida, cuánto cuesta, esto es muy caro y la dirección de casa) se aprenden a la fuerza los primeros días.
Sigue hacienda bastante frío, sobre todo en la moto, donde no nos queda claro si es mejor llevar casco para protegernos del viento polar o no llevarlo para tener más campo de visión y que no nos lleven por delante los autobuses. Puedes cruzar la calle por donde te de la gana, pero a cambio no esperes que los coches te respeten en los pasos de cebra. Qui pro quo.
Me parece curioso que el feng shui esté presente en cosas como la orientación y distribución interior de las casas y sin embargo no diga nada sobre el caos metropolitano que inunda las calles. En las torres no existen los pisos que tengan un 4, es decir el ascensor pasa del 3 al 5, del 12 al 15 (el 13 también les da repelús), la explicación es que en chino `cuatro`suena parecido a `muerte`. Les gusta mucho por el contrario el número 8. Pero ya volveremos sobre este tema otro día.
Lo que más me ha gustado hasta el momento? Es difícil de decir. Pero con lo que estoy loca es con la comida. Por barata y por buena. Y porque hay noodles y dumplings por doquier. Sin olvidar los restaurates musulmanes de la parte del oeste de China, de influencia árabe. Va a ser muy complicado mantener la línea.

She nian kuaile, o Feliz año de la serpiente amiguitos. En el próximo capítulo veremos el porqué de los animalillos del horósopo chino, cuáles son mejores y peores y el porqué del odio entre gatos y ratones según la Antigua leyenda.

A propósito del año Nuevo, puede que haya perdido cierta capacidad auditiva temporalmente gracias a las animadas sesiones de petardos de esta semana.


Besos y `hasta luego pollos` (guiño guiño).